El aliento con que cubro
tu piel dorada, adorable,
tiene tres características
que te hacen disfrutar,
y que entornes los ojitos
con un deleite innegable.
Bien tú sabes que es mi aliento
húmedo, tibio y suave.
Los besos que yo prodigo
sobre tu piel palpitante
te tensan como una flecha
presta al placer lanzarse.
Son besos que a tu vergüenza
ponen fuera de combate.
Son besos con un hechizo,
húmedos, tibios, suaves.
Saciame.
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Sáciame ahora
bajo este cielo azul
con el rumor del mar
haciéndonos compañía.
Sáciame de besos salados
gustándome a pequeños mordiscos
mientras las ondas...
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